Animales domésticos
Jean Lecointre Ilustraciones de Jean LecointreLos Srs. Archibaldo reciben la visita de un perro doméstico con referencias que desea ser contratado como mascota. Encantados con la idea, la pareja lo adopta y organiza un cóctel para celebrar el acontecimiento. Una historia llena de humor donde humanos y animales conviven no sin ciertas contrariedades. Mas Detalles
“Tanta sofisticación, llena de referentes visuales en la modernidad, no anula, sin embargo la historia que cuenta. Destinar el libro a lectores algo mayores y con más experiencia estética. Compartir con ellos el descubrimiento de una composición tan compleja como divertida”.
Grupo Gretel.
“Una propuesta muy de nuestros días, mezcla de posmodernidad, hedonismo
y revisión nostálgica del imaginario popular universal”.
Llibres del replà.
«Rico en detalles visuales y en sugerencias, Animales domésticos es un estupendo álbum apto para todas las edades. Divertido y efervescente como la conga que los señores Archibaldo y sus animales domésticos bailan, durante toda la noche, en la ilustración final.»
Javier Gómez. Fundación Cuatrogatos.
“El elegante matrimonio Archibaldo tiene una hermosa casa con un gran jardín, amigos ricos y una gran afición a dar fiestas. Sin embargo, todas sus celebraciones acaban mal a causa de su peculiar servicio doméstico. Cuentan con un mayordomo de enormes orejas, aficionado a orinar en el jardín para marcar su territorio, y una criada con grandes ojos negros que gusta de meter los pies desnudos en la sopera. Nada extraño si se tiene en cuenta que son un sabueso y una mosca. Además de ellos, los Archibaldo tienen a su servicio un gato muy irritable que abandona la casa a la mínima ofensa, dejándola a merced de los ratones, y un sapo, muy útil para desembarazarse de los mosquitos, pero incapaz de convertirse en príncipe por más que le bese la princesa que ha acudido a una de las fiestas de la pareja para conocerlo. Los Archibaldo ven con tristeza que sus invitados siempre se marchan indignados a mitad del cóctel, la recepción o la fiesta. Ellos, que son unos juerguistas, se lamentan de su suerte cuando aparece en su casa una polilla a la que solo le queda una noche de vida. Y todo cambia».
Nuria Barrios. El País.