Memorias de una abuela apostadora

La abuela de esta historia no es como las demás: no muchas abuelas les enseñan a sus nietas a jugar póker, o qué hacer en caso de que los cosacos invadan su casa. Juntas van al cine, a la montaña rusa de Coney Island y a tomar té en restaurantes chinos, pero lo que más disfruta la niña es escuchar las anécdotas de la extraordinaria vida de su abuela. Mas Detalles

· Mejor libro infantil, Biblioteca Pública de Nueva York, 1986
· Mejor libro infantil, New York Times, 1986


“Todo, todo; todo resulta maravilloso en este libro que contiene una historia alejada de la ñoñería y llena de vida a pesar de sus insólitas peripecias, llena de verdad. Las ilustraciones son también hermosas y son puro color, dando luz a una historia que a veces tiene algo de sombras (porque en la vida no todo es reír) pero que transmite en todo momento esa alegría por vivir. Un libro en verdad delicioso que os recomiendo”.

Pep Bruno 

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